Para la publicación del Libro Museo de Historia Natural Colegio de San José. Patrimonio Científico e Histórico, realice el prólogo con la revisión de estilo de Alexánder Buitrago FSC cuyo blog recomiendo (http://esquinasazules.blogspot.com/), el libro se encuentra en su versión en PDF completo en el siguiente link: http://www.eafit.edu.co/bicentenario/coleccion/Documents/ciencias-naturales-museo.pdf parece muy oportuno en el contexto de recordar 125 años de presencia lasallista en Colombia la lectura de estas lineas que nos conectan con este ámbito de lo que ha sido ser lasallista desde la orilla de la ciencias naturales.
"En 2010, en el marco de las celebraciones de
los bicentenarios de las independencias de los países
latinoamericanos, se reflexionó sobre los acontecimientos
asociados a la libertad de nuestros pueblos, buscando
resignificar la Independencia como el paso previo a la
configuración de la identidad nacional, la construcción de la
cultura colombiana, la concienciación del patrimonio natural e
histórico y la apropiación del territorio por parte del colectivo
que lo habita.
Es este, precisamente, el aporte más valioso del presente
texto. Colombia no fue siempre la misma. Su identidad como
nación, forjada a lo largo de una historia teñida de sangre y
dolor, de contradicciones y luchas bipartidistas, es fundamental
para retomar iniciativas como la Expedición Botánica, que,
liderada por el sabio gaditano José Celestino Mutis, impulsó
a su alrededor una escuela de pensamiento cuyos discípulos
criollos, el sabio Caldas entre ellos, dio lugar al movimiento de
la Independencia.
Un siglo después de estos acontecimientos
independentistas, la incipiente república encontró la iniciativa
discreta y silenciosa de algunos hombres que con su trabajo
tesonero contribuyeron a la configuración de la identidad
regional y nacional desde diversos ámbitos, básicamente,
desde el escenario educativo. Los lasallistas lo hicieron con
su particular esfuerzo en torno a la formación integral, cuyo
capítulo central lo apreciaremos en este trabajo, que se apoya en
el reconocimiento de nuestro patrimonio natural.
En 2006 tuve la oportunidad de conocer al doctor
Ricardo Callejas Posada en el Encuentro de Inventarios y
Monitoreo Biológico celebrado en Villa de Leyva, convocado
por el Instituto Alexander von Humboldt. En este espacio
conocí también a la doctora Martha Wolff, de la Universidad de
Antioquia. Este escenario reveló un diagnóstico de la situación
de los investigadores de biodiversidad del país, pero, más allá
de esto, el Encuentro se convirtió en un fortín para realizar
una cruzada por el rescate del patrimonio no solo natural, sino,
además, histórico, motivo que nos convoca y provoca como
una opción de vida para seguir gastando nuestros esfuerzos por
conocer y aprovechar sustentablemente el patrimonio natural
de los colombianos.
Esta época estuvo marcada también por algunos aspectos
que a la luz de hoy se ven como un cambio en las instituciones:
la revisión de la política nacional de biodiversidad, la aparición
en el país de una política nacional de museos, la valoración de la
colecciones científicas y el fortalecimiento del sector museal en
el país expresado en redes regionales, la mesa del sector museos
en Bogotá y la conformación del capítulo colombiano icom.
Tanto los pioneros como los últimos naturalistas no
perdieron sus derroteros humanistas en sus hallazgos científicos
y en su labor investigativa, convirtiéndose hoy en símbolos
que nos recuerdan el trabajo pendiente o inacabado sobre el
conocimiento, conservación y uso sustentable de estos recursos
por parte de nuestra sociedad. Personajes como el hermano
Nicéforo María, el hermano Daniel, Marco Antonio Serna –
conocido como el hermano Pájaro– y el hermano Luis Alberto
Zamudio, se quedaron grabados en mi imaginario como
símbolos de esta causa.
Indudablemente, el lector que se acerque a esta obra
también sentirá simpatía y admiración por estos personajes, que
gastaron toda su vida en esta admirable labor de apropiación
del patrimonio natural. El recurso epistolar es material inédito
que muestra bellamente el intercambio entre estos personajes,
revela los azares y dificultades propias de este tipo de empresas
y resulta en una rica propuesta para seguir parte de la historia de
la ciencia en nuestro país en esta área de las ciencias naturales.
En 2009, la Universidad de la Salle, en Bogotá, declaró
en el contexto del centenario del natalicio del hermano Daniel
el Premio al Investigador Lasallista, oportunidad para indagar
sobre este personaje y el símbolo que representa para emular el
trabajo investigativo en el escenario de la educación superior;
fruto de esto, tuve la oportunidad de emprender una correría
para intentar seguir sus pasos y plasmarlos en una exposición
en el Museo de la Salle. A la par, descubrí el ejercicio que Jineth
Berrío Martínez, María Fernanda Vásquez Valencia y Victoria
Estrada Orrego estaban realizando en el marco del programa
de investigación Expedición Antioquia 2013: el trabajo Museo deHistoria Natural Colegio de San José. Patrimonio natural e histórico,
esfuerzo que arrojó la recuperación del archivo histórico de esta
institución museal y la reivindicación del movimiento científico
generado en torno a él.
El reconocimiento a la labor de investigación, en especial
del patrimonio natural del país, es una expresión necesaria
de agradecimiento y estímulo a las personas que invierten su
energía en el conocimiento, preservación y utilización sostenible
de este patrimonio por parte de la sociedad. Manifestación
de esto es también el Premio Hermano Apolinar María,
Opción Natural, otorgado por la Sociedad Colombiana de
Entomología (Socolen) a estudiantes o profesionales con
trabajos que sobresalgan por el enfoque conservacionista y por
sus propuestas en relación con la preservación del ambiente, la
biodiversidad y la sostenibilidad de los procesos y metodologías
generadas.
De igual forma, iniciativas como las becas Marco Antonio
Serna, de la Sociedad Antioqueña de Ornitología (sao), tienen
como principal objetivo facilitar el creciente interés por la
investigación relacionada con las aves.
Este trabajo nos reta a seguir emprendiendo acciones en
conjunto con instituciones que resguardan este patrimonio –
el Instituto Tecnológico Metropolitano y la Universidad de la
Salle–, para apropiarnos de este patrimonio desde iniciativas
colaborativas como la Red de Museos de la Salle, que permitan
un esfuerzo permanente de continuación de este proyecto
centenario.
Dentro del escenario del programa de investigación
Expedición Antioquia 2013, se dice reconocer a Antioquia comoun departamento rico, diverso, pero inequitativo, razón de más
para destacar, dentro de sus ejes, la labor de los lasallistas, en
el eje de Biodiversidad y Recursos Naturales, como un aporte
significativo al reconocimiento de esta riqueza y diversidad
natural, y como contribución a la distribución equitativa del
uso sostenible de este patrimonio por parte de la sociedad." (Museo de Historia Natural Colegio de San José. Patrimonio Científico e Histórico, 2011)
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